Brichero viene de bridge (puente, en inglés). Así les dicen en Cusco, Perú, a los hombres que recurren a su herencia cultural para seducir a turistas. Algunos dicen que viene de breeches (bragas, en inglés) o “hembrichi” (como algunos peruanos se refieren a las “hembras”). En cualquier caso, el intercambio pone en juego antiguos prejuicios y descubre al exotismo como objeto de consumo.
Siempre está el objetivo implícito de obtener un beneficio de esa relación: desde pasarla bien sin pagar hasta huir del país. “En Cusco dicen que hay tres formas de llegar a Europa: en barco, en avión, o en gringa”, dice un testimonio de Eliezer Budasoff, autor de Cazadores de gringas: los nuevos conquistadores de América.
Matjaž Ojsteršek (se nadaljuje)